Para muchos brasileños sin techo, la vida está llena de riesgos y ahora: el coronavirus

Por Gabriel Araujo y Leonardo Benassatto

SAO PAULO, 8 abr (Reuters) – A pesar del brote de coronavirus en Brasil, Luiz Renato Ribeiro Júnior, que no tiene hogar, aún trata de vender dulces todos los días en Sao Paulo, la ciudad más grande de América Latina.

Pero las políticas de confinamiento establecidas el mes pasado le han hecho más difícil ganar dinero.

    “Si me quedo en un lugar, no tendré ingresos”, dijo. “Tengo que apresurarme y tratar de vender mi producto”.

    Su situación es compartida por muchos de los 24.000 residentes sin techo de la ciudad, según el recuento oficial.

    Pero los riesgos son mayores en Sao Paulo, el centro del brote de coronavirus de Brasil, que tuvo 371 muertes y 5.682 casos confirmados hasta el martes.

    A medida que la ciudad ha cerrado, las organizaciones que normalmente habrían atendido a los pobres también se han visto obligadas a desaparecer.

    En cambio, el gobierno de la ciudad ha creado seis refugios para personas sin hogar, incluido uno específicamente para aquellos que están enfermos con COVID-19, la enfermedad causada por el nuevo coronavirus.

    El estado ha ampliado un programa de subsidios para alimentar a los pobres para incluir la cena, junto con el almuerzo y el desayuno que se ofrecen actualmente, vendiendo más de 100.000 comidas por día a menos de 1 real (0,1914 dólares).

    “La inversión total fue de 18 millones de reales para ayudar a las personas que más lo necesitan, que viven en la calle, que están desempleadas o tienen ingresos mínimos”, dijo el gobernador del estado de Sao Paulo, Joao Doria.

    Médicos sin Fronteras recientemente ha brindado asistencia médica a casi 280 residentes sin hogar, 37 de los cuales han mostrado síntomas de la enfermedad.

    Aun así, las personas sin hogar de Sao Paulo enfrentan riesgos significativos por su falta de acceso a una higiene adecuada.

    “¿Dónde se van a lavar las manos?”, se pregunta Julio Lancellotti, un sacerdote católico que ha trabajado con las personas sin hogar durante tres décadas.

Insta a las autoridades a distribuir gel de alcohol, ya escaso para el saneamiento de manos de las personas sin hogar de la ciudad.

    Las autoridades de la ciudad, que tiene una población de más de 12 millones de personas, dicen que han creado siete estaciones donde las personas pueden ducharse y lavarse.

    “Ya enfrentan serios riesgos: hambre, frío, abandono, desprecio”, dijo Lancellotti. “Este (virus) es solo una amenaza más para sus vidas”.

    (1 dólar = 5,2247 reales)

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(Reporte adicional de Amanda Perobelli; Editado en español por Juana Casas)