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México se acerca a sombrío hito del coronavirus mientras brotan signos de esperanza

LYNXMPEG7L0F4.jpg,Familiares llevan el ataúd de María Eugenia, de 71 años, quien murió por la enfermedad del coronavirus (COVID-19), durante su funeral en el cementerio municipal de Nezahualcóyotl, Estado de México, México, 21 de agosto de 2020. REUTERS / Edgard Garrido; Crédito: EDGARD GARRIDO, Reuters

LYNXMPEG7L0F4.jpg,Familiares llevan el ataúd de María Eugenia, de 71 años, quien murió por la enfermedad del coronavirus (COVID-19), durante su funeral en el cementerio municipal de Nezahualcóyotl, Estado de México, México, 21 de agosto de 2020. REUTERS / Edgard Garrido; Crédito: EDGARD GARRIDO, Reuters

22 de Agosto 2020
SALUD-CORONAVIRUS-MEXICO:México se acerca a sombrío hito del coronavirus mientras brotan signos de esperanza

Por Stefanie Eschenbacher

ECATEPEC, México, 22 ago (Reuters) – Tiempos más calmados han llegado recientemente a los cementerios de los barrios más pobres que rodean Ciudad de México, justo cuando el país latinoamericano se acerca a un nuevo y sombrío hito en su lucha contra el nuevo coronavirus.

México ocupa el tercer lugar mundial en número de muertes relacionadas con la pandemia y este fin de semana es casi seguro que supere los 60,000 decesos, una cifra que el líder más visual en la estrategia oficial contra el brote dijo una vez que sería un escenario “catastrófico” para la nación.

Sin embargo, mientras la vida pública está regresando a la normalidad en la gigante metrópoli capitalina, los nuevos casos de COVID-19 se han aliviado un poco, lo que llevó al gobierno a declarar esta semana que la pandemia ahora está en “tendencia clara de descenso” en el país.

Las muertes atribuidas al coronavirus están en camino de alcanzar su total semanal más bajo en dos meses, lo que ha moderado la demanda de servicios relacionados directamente con los estragos causados por la pandemia.

De pie dentro de un cementerio, ataviado con un sombrero de vaquero para cubrir sus rasgos endurecidos por el sol, el músico Eberardo Vargas pasó gran parte del viernes sin que apareciera nadie a quien poder tocarle la guitarra en el municipio Ecatepec, al noreste de la populosa capital.

“En el pico de la pandemia tuve bastante trabajo pero ya bajó (…) Tuvimos 10, hasta 15 (toques) al día”, dijo el hombre de 49 años. “Ahora son tres, a veces cinco”.

Vargas explicó que mayo, junio y julio fueron los meses más ocupados que podía recordar como músico, ya que las familias en luto le pagaban a él y a su banda propinas para escuchar las canciones favoritas de sus seres queridos fallecidos, mientras les daban el último adiós.

“Antes estábamos todos (los músicos) esperando aquí, siempre hubo trabajo. Ahora sólo uno porque ya está más tranquilo”, dijo.

Aun así, solo han pasado tres semanas desde que México registró una cifra récord de nuevas infecciones diarias y las autoridades capitalinas informaron el viernes que no había motivos para la complacencia porque se perdió velocidad en la tendencia de caída en contagios y hospitalizaciones.

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SUBESTIMADA

Si bien el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, ha elogiado el manejo de la crisis por parte de México, analistas independientes ofrecen una evaluación más crítica del país, donde las pruebas del virus han sido notoriamente bajas.

Al centrarse principalmente en los pacientes más enfermos, México ha registrado una proporción mucho mayor de personas infectadas por prueba que la mayoría de las demás naciones, casi una de cada dos.

“La dimensión de la pandemia está claramente subestimada”, dijo el viernes Mike Ryan, director del programa de emergencias de la Organización Mundial de Salud (OMS).

México podría ser vulnerable a un rebrote del virus a medida que reabre su golpeada economía.

Esta semana, Ecatepec estuvo entre los municipios que flexibilizaron restricciones para frenar la pandemia mientras intentan recuperarse del una contracción económica histórica en el segundo trimestre.

En el panteón, un niño lavaba su mascarilla con agua de lluvia recolectada para los arreglos florales, mientras los perros callejeros hambrientos buscaban comida entre la basura.

María de Jesús, una vendedora de papas fritas de 70 años, siente que el reciente repunte comercial ha acabado en el cementerio. “Ya no se vende nada”.

En la cúspide de la pandemia, las familias tenían espacios de media hora para poder celebrar hasta 14 funerales por día, dijo Diana Angélica Almazan, una funcionaria local. Ahora, han pasado cuatro días sin muertes oficiales en el municipio.

“Fue una sorpresa”, dijo. “No lo pudimos creer que no hubo ninguna defunción ese día”.

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(Traducido por Sharay Angulo)