Por Julio-César Chávez y Lizbeth Diaz
CIUDAD JUÁREZ, México/CIUDAD DE MÉXICO, 8 ene (Reuters) – Mexicanos desplazados por la creciente violencia que buscan asilo en Estados Unidos temen encontrar mayores peligros si son enviados a Guatemala, de cara a unas medidas más enérgicas de la administración del presidente Donald Trump contra los solicitantes de protección.
Según nuevas reglas estadounidenses que se conocieron el lunes, los mexicanos que soliciten protección en la frontera entre Estados Unidos y México podrían ser trasladados a Guatemala para buscar asilo ahí. [nL1N29B0QP]
En albergues y campamentos de las fronterizas Tijuana y Ciudad Juárez, migrantes afirmaron que ser enviados a otro país donde los niveles de violencia también son altos los pondría en un riesgo mayor al que han vivido por años en México, azotado durante los últimos años por niveles récord de homicidios.
“Mejor me quedo aquí (en México) de una vez a que me maten”, dijo a Reuters por teléfono desde un albergue en Tijuana una migrante mexicana, que prefirió no ser nombrada por temor a su seguridad. “Por lo menos me darían una cristiana sepultura y en Guatemala nadie me conoce, igual allá me matarían”.
A finales de diciembre, luego de que surgieron informes de que Washington estaba considerando enviar solicitantes de asilo mexicanos a Guatemala, un grupo de migrantes mexicanos presentó una queja ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos para intentar bloquear el plan, diciendo que los pondría en peligro.
Los migrantes plantearon como una incongruencia ser enviados a la nación centroamericana, donde cada año miles de personas también huyen de la violencia y pobreza.
El gobierno de México dijo el lunes que “rechazó” la nueva política estadounidense, pero reconoció que la decisión dependía de las autoridades estadounidenses. La cancillería mexicana dijo que la medida afectaría a unos 900 mexicanos a partir de febrero.
SIN SALIDA
La violencia en varias regiones de México ha provocado que miles de personas tengan que desplazarse de manera forzada al interior del país o bien busquen asilo en Estados Unidos.
“Imposible volver a mi casa. Ya levantaron (secuestraron) a mi hermano y a mi hijo, van por mí. Si regreso seguro me matan. Si no estoy seguro en México, mucho menos en Guatemala”, comentó Carlos, un migrante mexicano que fue amenazado por negarse a colaborar con la delincuencia en el sureño estado Guerrero.
Carlos pidió que su apellido no fuera mencionado por razones de seguridad. Reuters no pudo corroborar de manera independiente su historia.
Desde el final de la guerra civil de Guatemala en 1996, el país ha tenido una tasa de homicidios más alta que México, su vecino del norte. Pero en los últimos años la diferencia se ha reducido, a medida que el recuento de asesinatos en México ha sido impulsado por las guerras territoriales entre las bandas de narcotraficantes.
Cocinando mole -un platillo mexicano- dentro de una casa de campaña en Ciudad Juárez, y envuelta entre varias cobijas para protegerse del frío, Maribel Torres dijo que ella y su familia no podían regresar a su natal Michoacán, un estado del occidente de México donde integrantes del crimen organizado los amenazan con quitarles a sus hijos si no venden drogas.
“A mí me dijeron: si regresas no vuelves a verlos. Temo por mi vida y la de ellos” dijo Torres, de 27 años.
De 2016 a 2019, la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Baja California (CEDHBC) recibió 170 denuncias de migrantes por presuntos agravios cometidos por instituciones de gobierno, cifra que cada año va en aumento y abona a que más desplazados vean difícil su suerte en el país y decidan salir.
La mujer explicó que antes de buscar asilo, fueron a otro pueblo para escapar de los criminales, pero a donde iban eran hallados. “Ya no podemos estar en México, ellos tienen contactos en todos lados, incluso con las autoridades, por eso la mayoría de la gente no denuncia”, dijo a finales del mes pasado.
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(Editado por Miguel Angel Gutiérrez)