Cuba califica como "ataque terrorista" episodio con arma de fuego en su embajada en EEUU

Por Sarah Marsh

LA HABANA (Reuters) – El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, calificó el lunes de “ataque terrorista” el episodio vivido la semana pasada en la embajada en Washington, mientras documentos judiciales en Estados Unidos mostraron que el atacante era un hombre con problemas mentales que dijo escuchar voces.

El ataque con armas no dejó heridos, pero los disparos dañaron la fachada del edificio. La policía arrestó a Alexander Alazo tras disparar 32 veces un rifle semiautomático AK-47 contra la embajada.

Alazo, de 42 años, dijo a los investigadores que le habría disparado al embajador si hubiera salido porque era “el enemigo”. Sostuvo que escuchó voces en su cabeza que le decían que protegiera a su familia de lo que él creía que eran grupos del crimen organizado cubanos afiliados al Gobierno que -según su explicación- lo seguían para quería hacerle daño.

Admitió que en marzo le habían recetado medicamentos antipsicóticos, pero no cumplió con el tratamiento, un hecho que los fiscales argumentan que “pesa contra su liberación” antes del juicio.

“Debo denunciar, por su gravedad, el ataque terrorista con fusil de asalto y más de 30 impactos de bala sufridos contra nuestra Embajada en Washington (…) y reclamar al gobierno de Estados Unidos una investigación exhaustiva y rápida, sanciones severas y medidas de seguridad”, dijo Díaz-Canel en una cumbre virtual del Movimiento de Países No Alineados.

El ministro de Relaciones Exteriores, Bruno Rodríguez, dijo la semana pasada que una decena de diplomáticos cubanos estaban en la embajada en el momento del ataque, que fue grabado en un video de vigilancia. Destacó que la hostilidad hacia la isla del Gobierno de Donald Trump ha fomentado la violencia.

Trump ha retrocedido en la flexibilización de las relaciones entre los países lograda durante la presidencia del demócrata Barack Obama. Antes de atacar a la embajada, Alazo intentó sin éxito prender fuego bajo la lluvia a una bandera cubana empapada de gasolina.

Alazo dijo que había emigrado a México en 2003 y años después llegó a Texas solicitando asilo político. En 2014 regresó a Cuba para predicar en una iglesia y señaló que volvió a abandonar la isla tras ser amenazado por grupos del gobierno.

En 2018 viajó a Alemania y otros países convencido de que lo estaban siguiendo y evitar ser atrapado, según la entrevista de los investigadores con su esposa, quien dijo a las autoridades que la familia vivía en hoteles Alazo porque era demasiado paranoico para vivir en su casa.

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(Reporte de Sarah Marsh. Reporte adicional de Matt Spetalnick. Escrito por Nelson Acosta, editado por Javier Leira)