Pablo Escobar tiene más de 20 años muerto y a pesar del dolor que provocó en Colombia, aún hay una gran peregrinación de turistas que todos los años se trasladan a”ciudad de la eterna primavera” para conocer los lugares históricos del cártel de Medellín.
Al inicio de la década de los noventa, en el momento más crudo de la guerra contra el narcotráfico, la ciudad colombiana de Medellín se convirtió en una de las más violentas del mundo al tener hasta 20 asesinatos al día en una ciudad de 380 kilómetros cuadrados.
Finalmente cuando murió en el 93 la ola de violencia disminuyó y se replegó a los barrios más pobres de la ciudad, lo que significó la recuperación de una sensación de seguridad para la clase media y alta de Colombia.
Desde entonces y hasta ahora muchos se refieren a Medellín como la “ciudad milagro” por el gran boom inmobiliario que ha atraído a personas de todo el mundo y le ha dado premios de urbanismo por la recuperación del espacio.
Pero ahora muchos turistas van por la fiesta, las drogas, el sexo y por los narco tours. Este tipo de actividades están entre los 30 y 100 dólares por persona, el precio cambia de acuerdo con el valor agregado: algunos de los más caros tratan de distinguirse prometiéndole a los turistas conocer a ex miembros del Cartel de Medellín.
Por lo regular visitan el edificio Mónaco, el lugar donde Escobar vivió con toda su familia y donde el Cartel de Cali puso el primer carro bomba en Colombia en enero de 1988.
Otra parada obligada es La Catedral, la cárcel que el mismo Escobar construyó, llenó de lujos y desde donde seguía manejando su negocio hasta que en 1992 el gobierno lo intentó trasladar a otra cárcel, porque se enteraron que 2 personas habían sido asesinadas ahí. Pero cuando el ejército entró, Escobar ya se había dado a la fuga.
Finalmente la mayoría la última parada de los tours termina en el cementerio de Montesacro, donde está enterrado Escobar. Es común que varios grupos de turistas interrumpan el luto de los familiares y amigos que están despidiéndose de alguno de sus difuntos.
Pero los narco tours se han caracterizado por enaltecer la figura de una persona responsable por la muerte de más de 3 mil personas y cuyas historias son en gran medida falsas.
Como alternativa se creó el Museo Casa de la Memoria, que fue creado en 2006 a partir de una iniciativa del Programa de Atención de Víctimas de la Alcaldía de Medellín con el fin de contribuir a recordar a todos aquellos que murieron o fueron afectados por el narcotráfico y otras problemáticas de Colombia.
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