ARGEL, Argelia (AP) — El esperado anuncio de la marcha del presidente de Argelia, Abdelaziz Bouteflika, no causó la reacción esperada. Manifestantes y líderes opositores señalaron que no satisface sus demandas de un cambio drástico en la hermética estructura de poder de la nación del norte de África.
Tras semanas de protestas públicas, Bouteflika cedió y anunció el lunes que dejará el poder al final de su mandato, el próximo 28 de abril, según su oficina. Sus rivales temen que su salida dé paso a la llegada de un sucesor elegido directamente en lugar de a una transferencia de poder democrática.
Estudiantes celebraron protestas en el centro de Argel el martes, y hay previstas nuevas movilizaciones para todo el país el viernes. Sus protestas semanales desde el pasado 22 de febrero han desafiado el statu quo político y al longevo presidente del país, de 82 años y que apenas ha sido visto en público desde que sufrió un infarto cerebral en 2013.
El ex primer ministro Ali Benflis y el movimiento islamista moderado MSP están entre las voces que califican la salida de Bouteflika como apenas un primer paso ante el temor de que la élite política, que no genera confianza, siga en su puesto.
Benflis, una destacada figura de la oposición que fue candidato a la presidencia, cargó también contra las “fuerzas extraconstitucionales” que, según denunció, estaban intentando manipular el país, en un aparente ataque al influyente hermano de Bouteflika, Said.
En un comunicado el martes, Benflis mostró su apoyo al ejército, respaldando al jefe del Estado Mayor, Ahmed Gaid Salah. “Solo queda un símbolo institucional en pie… que son nuestras fuerzas armadas, y a su lado, en pleno apoyo, tienen al propio pueblo argelino”, señaló.
El enfrentamiento entre los partidarios del poderoso jefe militar y los seguidores de Bouteflika se ha intensificado.
Gaid Salah dio la espalda al mandatario ante las multitudinarias protestas por sus 20 años en el poder, y propuso el inicio de un proceso para declarar a Bouteflika no apto para el cargo, lo que provocó acusaciones de que estaba planeando un golpe de Estado. Gaid Salah mantuvo su puesto en el nuevo gobierno nombrado el domingo, aunque no estuvo claro el motivo.
La Constitución argelina contempla que sea el presidente de la cámara alta del parlamento, Abdelkader Bensalah, un aliado de Bouteflika, quien funja como líder interino del país durante un periodo máximo de 90 días mientras se organizan nuevas elecciones.