Cacería en Bruselas contra terroristas

Tras el doble atentado del Estado Islámico al pleno corazón de la Unión Europea y que dejaron al menos 34 personas fallecidas y más de 200 heridas, Bélgica implementó operativos de búsqueda para localizar a uno de los terroristas.

El fiscal federal de Bélgica, Frederic Van Leeuw, comunicó que dos de los autores de los atentados en el aeropuerto de Zaventem y en una céntrica estación del Metro, eran “probablemente” kamikazes, mientras que un tercero huyó y “es buscado” por la Policía Federal de Bélgica, que ha lanzado una orden de búsqueda y captura contra este tercer individuo.

Las autoridades policiales también colocaron una foto del presunto terrorista, captada mediante las cámaras del aeropuerto de Zaventem, en un mensaje de la red social Twitter, donde pregunta si alguien le conoce.

El Estado Islámico (EI) se atribuyó la autoría del atentado mediante un mensaje en árabe distribuido a través de sus cuentas oficiales en los medios sociales, donde afirmó que los ataques fueron por la participación de Bélgica en la coalición internacional liderada por Estados Unidos, que desde agosto de 2014 bombardea posiciones en Irak y Siria.

Las explosiones en la capital belga se produjeron tres días después de que la Policía detuviera al yihadista Salah Abdeslam, uno de los autores de los atentados en París del 13 de noviembre de 2015.

El EI también emitió una advertencia a los países involucrados en la coalición internacional contra Estado Islámico, que opera en una franja de territorio entre Irak y Siria, de la que Bélgica forma parte.

El mensaje distribuido por los medios oficiales se difundió poco después de que la agencia A’maq, brazo propagandístico del grupo extremista, indicara que el Estado Islámico había perpetrado los atentados. Desde finales de 2015, A’maq representa la principal fuente donde el Estado Islámico reivindica sus ataques, antes de hacerlo en sus canales oficiales. El Estado Islámico surgió en 2003 como una rama de la red Al Qaeda, aunque después se separó y tomó el control de amplias zonas de Siria e Irak.

El grupo yihadista es reconocido por los crímenes atroces que comete en nombre del Islam, como decapitaciones, lapidaciones, quemando vivas a sus víctimas o lanzándolas desde azoteas de edificios y ahogadas dentro de jaulas, aunque también efectúa atentados suicidas.

OPB