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Saltillenses bendicen a sus mascotas

Foto:Especial

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18 de Enero 2019
El sacerdote lamentó los casos de maltrato animal que se han presentado en últimas semanas en la entidad.

Saltillo, Coahuila / 18 de Enero 2019

Por: Paloma Gatica.

En punto de las 12 del mediodía las campanas de la Parroquia San Esteban, en el corazón de Saltillo, anunciaban el inicio de una celebración muy especial para los amantes de los animales en la localidad, pues ayer se conmemoró a San Antonio Abad, conocido como San Antón, el patrono de los animales. Perros de diferentes razas y tamaños, pericos y hasta reptiles, como iguanas, sobresalían en el atrio del templo junto a sus dueños, quienes imploraron la bendición del cielo para sus mascotas, a quienes consideran un miembro más de su familia.

Con su túnica blanca, el padre Mario Carrillo roció de agua bendita a las mascotas y a sus dueños, pidiéndoles respeto por los animales, al tiempo que lamentó los casos de maltrato hacia estos seres vivos que se han presentado durante las últimas semanas en la entidad.

Desde hace 10 años, la señora Sandra Flores visita cada 17 de enero el templo en el centro de la ciudad desde la colonia Baluarte en el nororiente de Saltillo para que Tyson, su San Bernardo café con manchas blancas, pueda recibir la intercesión celestial de San Antón.

“Es un miembro más de la familia Flores junto a Hashi y Mila, la matriarca de nosotros”, detalló la amante de los animales.

Una vez al interior de la Parroquia, frente al altar dedicado a San Esteban, la inquietud de los canes no se hizo esperar y sus ladridos hicieron eco gracias a las altas cúpulas.

Sin importar raza o especie, esos sonidos simulaban un festín entre todos los animales que junto a sus dueños escuchaban el mensaje del párroco Mario Carrillo.

Tyson se mostró quieto y aguantó hasta el final de la celebración para ser colocado en una de sus jaulas transportadoras y regresar bendecido a casa junto a sus dueños.

“Cada año los traemos, son bien quietos y tampoco son agresivos con otros animales, por eso me doy el tiempo de traerlos, ellos son parte de nuestra familia y también tenemos a la mamá, pero ya no cabía por eso ya no la trajimos”, precisó Sandra.

A lo lejos, un perico con un plumaje verde reluciente se concentraba en mirar a su dueña, quien estaba afuera de su jaula, mientras el padre Mario Carrillo rociaba con agua bendita a los presentes.

Fue en esos momentos que el clérigo exhortó a los asistentes a cuidar a estas criaturas que en todo momento acompañan a las personas, en la salud y en la enfermedad, comportándose de la mejor manera en esta última situación con los humanos.

“Le pedimos a San Antonio Abad, que a través de su intercesión Jesús cuide y proteja a estas criaturas suyas que nos brindan compañía y apoyo en el trabajo”, promulgó el cura Mario Carrillo.

Decenas de asistentes santiguaron a sus fieles compañeras al término de la misa y se quedaron a las afueras el templo intercambiando opiniones sobre sus mascotas.

De esta manera, poco a poco el bullicio de las campanadas y los ladridos se difuminó entre los cláxons de los automóviles y el andar ajetreado de los transeúntes del centro de la ciudad.