Si criticas un tatuaje... tal vez estés discriminando

“¡Ay!, pensé que tenías algo en el cuello, una enfermedad. Yo que tú me quitaba ese tatuaje… no te van a dar trabajo”, le dijo una completa desconocida en la calle a Miguel, mientras estaba de camino a su oficina.

Miguel tiene menos de 30 años, llegó a la Ciudad de México para estudiar una maestría en el INBA y desde entonces se ha dedicado a ilustrar, animar y hacer diseños para una gran variedad de revistas y medios digitales.

La  discriminación por apariencia física es uno de los puntos detectados en la Encuesta Nacional Sobre la Discriminación en México, cuya mayor incidencia se registró en las zonas metropolitanas de la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.

Pero la CDMX tiene un mayor índice de discriminación con 26 por ciento de personas que han sentido alguna vez que sus derechos no han sido respetados por su apariencia física.

Pero tanto la Constitución, en su artículo primero, como la Ley Federal para Prevenir y Erradicar la Discriminación, reformada en el 2014, prohíben expresamente la discriminación por ser contrario al ejercicio de los derechos humanos.

Inclusive, durante el año pasado, el grupo parlamentario del PAN en el Congreso de Tamaulipas, presentó  un proyecto para que toda persona que discrimine a otra por estar tatuada, sea castigada con hasta tres años de prisión y 250 veces el valor diario de la Unidad de Medida y Actualización (UMA).

Sin embargo, la “buena presentación” sigue siendo requisito para una gran cantidad de empleadores.

Las principales razones para no contratar personas con tatuajes o piercings de acuerdo con un estudio de OCC Mundial es que su imagen no va de acuerdo con la cultura organizacional (52%), su apariencia es poco profesional (21%), la decisión es parte de políticas organizacionales (11%) y porque transmiten rebeldía (10%).

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