La Casa Purcell, reliquia saltillense

Como una muestra del estrecho vínculo existente entre las artes y la vida de los coahuilenses, el inmueble que alberga al centro cultural Casa Purcell, en el que se presentan exposiciones de gran calidad, engalana las calles del Centro Histórico de Saltillo y es desde hace muchos años un espacio emblemático de esta capital.

Antiguamente la casona que funge como museo fue propiedad de Guillermo Purcell, comerciante irlandés que llegó a la localidad a inicios de su fundación, con el fin de comerciar telas de calidad.

El ático que alberga muestras itinerantes de artistas locales se usaba para guardar objetos, además hay dos cuartos de servicio en los cuales dormía la servidumbre.

En esta área es posible admirar el papel tapiz original, el cual muestra el símbolo de la flor de liz que Guillermo Purcell adoptó para representar a su familia y que significó poder y elegancia, esto como una tradición europea de su época.

En el segundo piso se ubica un recibidor y el balcón, en el cual se observa una puerta que aún conserva los vitrales franceses y originales, así como una chapa y forja españolas.

En este piso también se ubica el cuarto de Guillermo Purcell y su esposa Hellen O’Sullivan, el de sus dos hijos, sus seis hijas, la cúpula, en la que se proyecta en una pantalla la vida y obra del artista español Salvador Dalí, y un área más donde las hijas de Purcell se dedicaban a coser.

En el primer piso se localizaba el despacho de Guillermo Purcell, y ahí se observa una chimenea color vino al estilo neogótico isabelino y se puede decir que era la más sencilla con respecto a las otras del lugar y en la que actualmente se exhibe la exposición “La Ceiba Gráfica, Estampas de una Década”.