Paralaje

Por: Hugo Díaz Aguilera

CULPABLES

A casi dos largas semanas de que gran parte de la Región Carbonífera se quedó sin servicio de agua potable por una ruptura en la línea que abastece el vital líquido, propios y extraños se siguen haciendo bolas para encontrar culpables.

Al más puro estilo del “Primero mato luego averiguo” comenzaron los dimes y diretes contra los carboneros que han explotado alguno de los desarrollos mineros que colindan con el punto donde la línea sufrió la ruptura.

Que si fueron los Mendozas, los Quintanillas, los Arizpes, los troncos o las ramas, el asunto es que cada quien hizo su ritual y sacrificó a quien quiso, ofreciéndole el corazón a quien se lo dio.

Quien no perdió pisada en el asunto, ya que es la especialidad de la casa, fue la activista Cristina Auerbach pues de manera inmediata comenzó la carnicería y agarró como bulto al empresario carbonero Fernando Mendoza y a un familiar de él.

Auerbach argumentó a través de sus redes sociales lo que quiso del empresario, con el propósito de recuperar los adeptos perdidos en la Región Carbonífera por el complicadísimo tema de Pasta de Conchos y las acusaciones que sobre ella han vertido varias de las viudas que la apuntan por lucrar con el dolor ajeno.

En criminalística, al conjunto de observaciones, comprobaciones y operaciones que se realizan en la escena del crimen y que permiten el esclarecimiento de una investigación que puede ser considerada para comprobar un delito se le conoce como labor técnico científica y a la postre nos ayuda a establecer el ¿qué?, ¿quién?, ¿cuándo?, ¿con qué?, ¿dónde? y ¿cómo?, se produjo un hecho criminal.

Conozco a Fernando Mendoza en su labor profesional, y lo considero uno de los pocos preocupados en corresponderle a la naturaleza por las bondades que ofrece al ser humano. Es ingeniero minero metalúrgico y conoce por su amplia experiencia el negocio del carbón.

Para Edmund Loccard considerado el ‘Sherlock Holmes’ francés “los indicios y/o evidencias son mudos testigos que se encuentran en la escena y que no mienten”.

Me llama la atención, que apenas se supo que Mendoza había brindado su maquinaria y personal para reparar el problema, Cristina Auerbach lo acusó en la forma como lo hizo de ser el culpable de esa ruptura.

¿Cuál base técnica tiene la activista para señalar como principal culpable de esa falla al empresario sabinense, cuya ayuda solucionó más rápido el problema? En tanto no llevemos a cabo acciones que nos ayuden a solventar y argumentar los señalamientos y/o aseveraciones que activistas y comunicadores realizamos a los cuatro vientos y a todo pulmón, nuestra credibilidad penderá de un hilo que se romperá ante la más mínima solicitud de aclaración por parte de quien se sienta aludido por lo dicho o lo publicado, y mientras tanto la sociedad no apreciará nuestro trabajo como debiera.