Negro pasado

¿Quién es el tirador a la Rectoría de la Universidad Autónoma de Coahuila que -además de Salvador Hernández Vélez-, quiere ocupar la silla de la Máxima Casa de Estudios? Se llama Homero Walls Rodríguez.

Así, superficialmente pareciera que se trata de un perfil más con aspiraciones de dirigir la Universidad, pero vaya sorpresa con la que nos encontramos luego de que comenzó a circular un viejo recorte de periódico en el que se muestran sus negros antecedentes.

Homero Walls fue acusado en 1991 de robo, cuando se ostentaba como director del Cereso por desaparecer un millonario equipo de este reclusorio.

Sustrajo ilegalmente del penal, equipo diverso con un valor superior a los 10 millones de pesos. Se llevó hasta los boiler que debían ser instalados para beneficio de los internos, un compresor y tres lámparas de sodio para alumbrar el exterior.

Aunque en aquellos años se le dio la oportunidad para regresar lo robado, respondió que como nunca fue director tampoco era responsable y ahí comenzaron las consecuencias, fue detenido y obtuvo su libertad tras pagar una fianza. Las investigaciones involucraban a otras personas como Juan Pompa y Víctor Castorena, quienes habrían sacado los objetos por órdenes de Walls.

Cabe mencionar que en 2007 el lagunero participó en la elección de la UAdeC contra el entonces Oficial Mayor, Mario Alberto Ochoa Rivera, quien finalmente ganó la contienda con 16 mil 500 votos frente a mil 900 de Walls. Después, en 2013 intentó participar nuevamente contra el ex rector Blas Flores Dávila, pero no cumplió con los requisitos.

Apenas Francisco Osorio Morales manifestó su decisión de retirarse de la contienda argumentando que no pretendía poner en riesgo la estabilidad de la Universidad, y este personaje con negros antecedentes sale a la luz pública para anunciar su intención de participar.

En vista de las circunstancias y de sus antecedentes, no solo legales sino de conducta, todo indica que su único objetivo es meter grilla y generar encono, aunque nos dicen, que no tiene el mínimo respaldo de la comunidad estudiantil que tomó con desconfianza sus amenazas de iniciar una huelga de hambre o interponer una denuncia.

Hay que decir que su participación es legítima y cada uno de los votantes decidirá si le apuesta a una persona con ese perfil, pero ¿Es necesario que contamine el ambiente con posturas radicales y de amenaza? Ya pasaron esos tiempos donde operaban porros o cuando en las escuelas y facultades, los estudiantes se agredían físicamente por un asunto electoral.

Pero además, el próximo rector debe ser alguien que sea ejemplo y con alta solvencia moral ¿Walls la tiene?