La despedida (1)

No dicen que las cosas han cambiado, que los presidentes de México ya no son lo que antes eran y que ahora manda el Congreso, sobre todo en materia de presupuesto pues ahí se decide que recursos se “bajan” o no a qué estados o municipios y a mi se me hace que es una soberana mentira.

No hace mucho hice una promoción en el programa de televisión que tengo el privilegio de conducir y solo para calar la memoria o el conocimiento de quienes nos sintonizan pedí al público que me citaran una sola obra que los mandatarios panistas Vicente Fox o Felipe Calderón hubieran hecho en Coahuila durante sus 12 años de gobierno.

Pasaron dos horas y pocos llamaron. Algunos para equivocadamente responder “la autopista a Monterrey” (construida con recursos privados y concesionada a 25 años) y apenas una (ganadora de la promo) que recordó “la clínica del ISSSTE” ¡Correctamente bien contestado!

A ciencia cierta tal hospital no podría catalogarse como “obra pública” puesto que atiende exclusivamente a burócratas federales y de hecho ni hospital era lo que Calderón entregó pues era un cascarón sin mobiliario y sin equipo. Vaya, fue Enrique Peña Nieto quien finalmente lo habilitó.

De hecho no nos ha ido mal con Peña Nieto. De manera independiente a sus reformas que nos dieron mas canales de TV, competencia en celulares y largas distancias gratuitas, en materia de obra el cambio ha sido radical. Mande o no mande, el presidente ha cumplido sus promesas con los coahuilenses y ha hecho de todo: carreteras, hospitales, equipamiento en seguridad, cuarteles militares, centros de convenciones, desarrollos deportivos.

Antier entrevisté a José Narro Robles, secretario de Salud en el gabinete federal y reveló que si bien la gestión de Peña termina este año el gobernador Miguel Riquelme ha solicitado revisar toda la infraestructura de Coahuila en la materia y enfocar obras en dos ámbitos: la salud mental y la atención a los adultos mayores.

Narro se comprometió en apoyar al gobierno estatal y la visión de Riquelme impacta una vez más: en la entidad ya es hora de planear a largo plazo, una promesa que el priista hiciera en campaña y lo está cumpliendo.

Lo ideal es que a manera de despedida Narro y Peña al menos comprometan el arranque de cualquier obra o programa para asegurar la llegada de inversiones federales multianuales, gane quien gane la presidencia.

Si bien no tenemos mucho tiempo, sí al menos tenemos el suficiente para que Miguel Riquelme cristalice dichos proyectos. Mañana le sigo.