Invasión militar...en son de paz

Capital del Acero

Por: Jesús Medina

La región Centro de Coahuila tiene especial aprecio y respeto pleno a los elementos del Ejército Mexicano, una relación que no es necesariamente nueva, por décadas los veíamos como parte de la población cuando eran vecinos de la Colonia El Pueblo en los límites con la Zona Centro.

Con todos sus altibajos, eran muchos y por una parte, los tradicionales habitantes de la Colonia El Pueblo y la zona centro de la ciudad apreciaban la buena vecindad que te garantizaba paz en tus calles.

Pero cuidado cuando se daban los días “francos” a los soldados.

No pasaba del escándalo cuando regresaban a la Base de Operaciones Militares, ahí quedaban los hechos, pero una cosa hay que decirla, jamás se vieron faltos de respeto a los vecinos y a las vecinas, en este caso.

Desde inicios de los 60´s en el Siglo XX se instaló la Base de Operaciones Militares en la Plaza Aldama de la Colonia El Pueblo y ahí se concentraban los soldados y realizaban sus actividades de manera convencional.

Tiempos de paz, tiempos en que te inculcaban el respeto a la Virgen de Guadalupe, a los bomberos, a los soldados y a los símbolos patrios.

Tiempos que Monclova y sus jóvenes cumplían con el Servicio Militar Nacional, porque de huirle a este compromiso de serle útil a la Patria, iban a la preparatoria o a la escuela en que estuvieras y te llevaban a marchar.

Se daba la convivencia a todo y en todo.

Un alcalde monclovense decidió en 1987 que el Cuartel había rebasado las inmediaciones sociales y les cedió una las instalaciones de una escuela primaria en la Colonia Progreso, al oriente-sur de la ciudad, las cosas se mantenían de igual manera y la convivencia entre sociedad y militares se daba sin problema alguno.

En 1972 murieron 5 jóvenes conscriptos mientras realizaban su servicio militar, en el oriente de la ciudad, en la Avenida San José de la Colonia Hipódromo a mediados del año citado, en las cercanías de lo que es el Puente Cal y Canto.

Un ebrio al volante en el amanecer de domingo embistió al contingente de jóvenes que marchaban cerca del cuartel militar, Monclova se ensombreció con el hecho, entendieron que había riesgos, y ya habían pasado, lamentablemente.

La buena relación se mantuvo.

En febrero de 1985 otro hecho acentuaba la buena relación sociedad y militares, fue en día 12 y tres sujetos tuvieron la mala ocurrencia de asaltar un banco en el primer cuadro de Monclova, casualmente estaba iniciando una colecta de Cruz Roja y los asalta-bancos fueron perseguidos, se metieron, error grave, a una calle que los desembocó en la Calle Aldama, justo en el cuartel militar, iban atacando a los agentes municipales, los soldados se encargaron del resto de los hechos, se marcaba de manera clara que nadie está por encima de la ley.

Parecía escena de guerra.

Vinieron tiempos más complicados, y el Ejército Mexicano presente.

Respeto y aprecio, mencionábamos.

A la vuelta de varias décadas se da en Monclova una “invasión miliar”, pero en tiempos de paz.

Llegaron más de 800 soldados, pero…

Le llaman “Fuerzas Especiales, Pasión por Servir a México”, se pone en marcha el 26 de octubre, viernes y terminará en un mes más, esto en el Estadio Monclova.

Vale la pena conocer a detalle las actividades de los soldados, vale la pena ver lo que hay en cada uno de los rostros y equipos, son 15 domos gigantescos los que se instalaron, uno para cada actividad de las que vemos en aire, mar y tierra.

Volvemos al inicio, la relación es y ha sido siempre cordial con los soldados, y para entenderlos mejor, hay que conocer lo que llevan a cabo en su diaria labor.

Prográmese, es una exposición que muestra a los soldados en muy buenos tiempos, tiempos de paz social.

Hasta la próxima

@jesusmedinaglz

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