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25 de Junio 2019

Por: Eduardo J. De La Peña

Los llamados programas sociales implementados por el gobierno federal son cuestionables porque representan un derroche ineficiente del exiguo presupuesto público que terminará por quebrar las finanzas nacionales, como ya lo vimos en su momento en Coahuila, y además porque se trata –como también lo hemos visto aquí– de una clara estrategia para crear y retener una red de votantes que les permita manipular cualquier elección.

Otra agravante hay que sumar: la falta absoluta de visión y planeación, fuera claro del ya mencionado propósito electoral.

Tenemos que el programa “68 y más”, a través del que se reparten poco más de mil 200 pesos mensuales a adultos mayores, es universal, está previsto para todo aquél que cumpla con el requisito de la edad, sin importar su nivel económico, ni si ya recibe pensión en alguna institución como el IMSS o el ISSSTE.

No se da el mismo trato a otros grupos vulnerables, por ejemplo hay un programa específico para discapacitados, que en ese caso no es universal, y tiene tope presupuestal. Esa limitación ha dejado fuera a decenas de personas; tan solo en Monclova se tienen reportes de más de 200 invidentes que no alcanzaron el apoyo.

Dirigentes del sector privado han señalado las incongruencias en otros programas, y alertan de la posibilidad de que desaparezca el modelo de educación dual que con éxito se ha consolidado en Coahuila. 

Este modelo lleva a estudiantes de bachilleratos técnicos, como el Conalep, a complementar su formación con prácticas en las empresas, pero ya no tendrán la aportación federal, porque ahora se privilegia presupuestalmente a “Jóvenes Construyendo Futuro”, que es exclusivo para mayores de 18 años, es decir no admite a alumnos regulares de preparatoria.

Autoridades educativas de Coahuila revelaron en semanas anteriores, que recortarán el número de beneficiarias en un programa que apoya a adolescentes embarazadas para que concluyan su secundaria, pues se les limitó la aportación federal. En promedio, en los cinco años anteriores, se becaba a 260 jovencitas por ciclo escolar, en el mejor de los casos para el próximo completarán el recurso para cien.

Este gobierno de puntadas y despropósitos conduce aceleradamente al país por un camino perdido. Hacen falta voces y liderazgos que pongan alto a este nocivo proceso.

Definitivamente, la llegada de López Obrador al poder es el resultado de un proceso democrático, pero eso no le da derecho a llevarnos por un derrotero incierto.

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