Enfoque

Por: Eduardo J. De La Peña

La situación que salió a relucir la semana anterior en Nuevo Laredo, donde empresarios gasolineros revelaron estar bajo amenaza de grupos delictivos para no surtir combustible a unidades del Ejército y otras fuerzas de seguridad, es una reacción del crimen organizado a la nueva estrategia que se ha implementado para combatirlos, en la que participan de manera conjunta Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

El modelo fue propuesto por Coahuila hace poco más de dos meses pues cada que se daba un ataque en la zona fronteriza contra nuestras fuerzas de seguridad, para tratar de vulnerar el blindaje que mantiene la entidad, los agresores lograban escapar huyendo a Nuevo León y Tamaulipas.

Por eso era necesario un frente común, para impedir que los límites territoriales se volvieran un escudo de impunidad, y tan está dando resultados que ya el hampa busca cómo frenar esos operativos conjuntos.

La inseguridad y la violencia crecen a ritmo acelerado en la mayor parte del país. En Coahuila se ha implementado una estrategia de contención que funciona, debe mantenerse  e inscribirse en un proceso de depuración y mejora continua.

Ahora que se comienza a revisar en la Cámara de Diputados el presupuesto para el próximo año, es importante cuidar que no vayan a disminuir los fondos para los estados que presentan buenos números creyendo que no necesitan recursos.

En la guerra contra la delincuencia se van ganando batallas, pero nunca se termina. Todo espacio ganado, si se descuida, se puede volver a perder en un parpadeo.

Y para que la seguridad funcione, además de corporaciones en permanente capacitación y depuración, se necesita dinero para equiparlas, y para hacer que el equipo se pueda usar. Tan simple –pero también tan trascendente– como que de nada sirven patrullas si no hay para gasolina.

En ese punto deben estar atentos nuestros diputados, que son once los que representan a Coahuila.

Pero ya que hablamos de seguridad, un aspecto insoslayable es que tampoco puede haber descuidos de la sociedad. Hay que estar atentos a cualquier indicio de que quieran infiltrarse nuevamente en nuestra comunidad, con sus derroches de dinero y fiesta y sus deslumbrantes negocios fáciles, los operadores de la delincuencia.

Ya nos pasó y no podemos permitir que vuelva a ocurrir.

Un punto más, y retomando el modelo exitoso de operación conjunta con los estados vecinos, sería importante replicar lo que se está haciendo en la zona fronteriza, para la región sur, en concreto para las brechas y carreteras que comunican a Coahuila y Nuevo León en la parte de la sierra, en Arteaga, Santiago y Galeana, donde aunque hay vigilancia se tienen puntos vulnerables.

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