AMLO y su mafioso coahuilense

Olvídese de Elba Esther, Nestora o Napoleón. El malandro que lanzó en Piedras Negras le gana a todos.

Hoy viene a Saltillo Andrés Manuel López Obrador para “conversar en privado” con empresarios y dudo mucho que durante su plática de dos horas vaya a abordar temas importantes para el país o nuestra entidad.

Puede usted apostar a que, como lo ha hecho durante 18 años, no presente ninguna propuesta y solo se dedique a lanzar excremento al PRI y al PAN pues, para decirlo de manera breve, solamente sirve para eso.

Tampoco hablará de sus mafiosas relaciones con personajes de oscuro pasado como el prófugo de la justicia Napoleón Gómez Urrutia o de la secuestradora Nestora Salgado, dos de sus “gallos y gallinas” al Senado Mexicano aunque más bien todo parece indicar que quiere protegerlos con fuero.

Ni se diga de sus relaciones peligrosas con la delincuente (aún presa aunque recluida en su domicilio) Elba Esther Gordillo, ex cacique máxima y saqueadora del magisterio, creación de Carlos Salinas de Gortari. Así es. AMLO es el nuevo jefe de la mafia en el poder que tanto dice “combatir”.

Por supuesto, si no va a abordar el tema de los malandros que le acompañan en su campaña, tampoco espere alguna postura seria sobre las amenazas estadounidenses de cancelar el NAFTA o construir un muro pagado de nuestra bolsa, asuntos de vital importancia para Coahuila tanto en materia económica como de migración.

Existe sin embargo un pendiente que sí deberá aclarar y este es por qué sigue amparando a un individuo de torvos lazos familiares como Lorenzo Menera, un tipejo avecindado en Piedras Negras ahora regidor del ayuntamiento, huido de Michoacán y cuyo hermano Daniel Menera fue jefe regional de los Zetas en todo el norte de Coahuila y Nuevo León.

Lorenzo, que acusa a otros de “tener relaciones con la delincuencia organizada” parece haber olvidado que tres de sus hermanos, Francisco “Chico” Menera, Rufino Menera y Felipe Menera fueron perseguidos de la justicia por ser narcos y el último ejecutado, al igual que su hijo, por carteles rivales

Y como lo que se ve no se pregunta, ahora queda claro por qué Lorenzo, candidato de Morena a la presidencia municipal pidió la semana pasada que “le pusieran una chinga” a la alcaldesa Sonia Villarreal o que “violaran a las regidoras de Piedras Negras “para que vean lo que se siente”.

De ese tamaño es el ejemplar que pedirá el voto con López Obrador.

Que no nos venga con que los de enfrente están peor. Ni quien le crea.