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¿Ruleteros embarazados?... Solo en Monclova

06 de Septiembre 2018

Monclova, Coahuila / 6 septiembre 2018

Capital del Acero

Por: Jesús Medina

Son los amos de la noche, conocen vida y milagros de la gente, son galanes de naturaleza y una cosa que no está a discusión, es que son trabajadores en su mayor parte.

Nos referimos a los taxistas de Monclova.

Al menos a los de la nueva generación, antes ser taxista era ser una persona de edad que usaba su terminación laboral para comprar una concesión y garantizar su actividad laboral y de paso algunos ingresos para su familia.

Llevaban el Don antes que su nombre, eran gente de respeto y en el Monclova antiguo, originarios de esta ciudad.

Eran muy pocos taxis, les llaman carros de sitio y bastaban cinco o unas rutas más para la Monclova del Siglo XX, estaba el Sitio Monterrey, Sitio Hidalgo, Sitio El Pueblo, Sitio Bohemia, y otras tantas en Frontera y en los límites, creemos no más de 8 para no abusar del cerebro por un par de números más o menos.

No había ni broncudos, ni mañosos, mucho menos ventajosos.

Posiblemente sí algunos galanes, tenían saldo a favor, un trabajo alcahuete, una pensión y un auto de sitio, era todo lo que se podía querer, al menos eso platicaban las mujeres de antes, y es que eran choferes y eran dueños de las concesiones.

La población fue creciendo, tanto en Monclova como en Frontera y las necesidades de la gente también, se liberaron concesiones de taxis de acuerdo a las necesidades y empezaron a llegar jóvenes contratados por los concesionarios.

La figura impecable de los choferes anteriores, quedaba muy reducida, llegaba una nueva generación, jóvenes, aventados, entrones, con ínfulas de policías, y galanes, por supuesto.

Muy distintos los taxistas de la nueva generación a los taxistas que aprendimos a conocer conforme a cómo íbamos creciendo, o la imagen de ruleteros que nos daba la televisión o las canciones de la radio, canciones de antes y ahora.

Ni Arjona se hubiera imaginado un taxista así, Arjona narra un taxista galán, que se presta a la venganza de una mujer dolida o lo que diga esa canción, que a fin de cuentas el karma se encarga de aplicarse a los protagonistas de esa melodía del poeta urbano y contenidos ligeros.

Si acaso el taxista de Arjona solamente en lo galán.

Y en el ruletero de Pérez Prado…

Pues tampoco hay relación con los taxistas de Monclova, los de la nueva generación, si acaso en “yo soy el iquiricui” o “Yo soy el mata-la cachimba” y dependiendo que entendemos por cachimba.

El taxista monclovense es muy distinto, ni siquiera El Borras de Los Beverly de Peralvillo encuentra un segmento como ejemplo en los de Monclova.

Los de aquí son muy ellos.

Por eso… cualquier cosa que venga de un taxista de los de Monclova, asimílelo y no los culpe, es su esencia, todas las cualidades y defectos dadas a conocer en este espacio, son muy de ellos.

El mismo Javier Hernández del Angel, un sempiterno líder de la CTM en Monclova, señala que no acaba de conocerlos, llegan bien vestidos, te dan una imagen que a los tres días… ya no la traen.

Por eso, cuando el mismo líder de la CTM de Coahuila, señala que hay que poner orden, pues es porque hay que poner orden.

Para librar el antidoping, algunos taxistas llevaron muestra de orina de su pareja, salieron sin adicción a las drogas, pero embarazados.

La autenticidad no se cuestiona.

Hasta la próxima.

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