Plantean romper modelos anacrónicos para alcanzar igualdad

México, 4 Dic (Notimex).- Ante las condiciones de violencia e inseguridad del país, “ser mujer en México, en 2019, conlleva grandes retos, nuevas discusiones y valoraciones para reflexionar de forma distinta y no vivir en falsas neutralidades ni en destinos inamovibles”.

La presidenta de la Comisión de Igualdad de Género de la Cámara de Diputados, Wendy Briceño Zuloaga, aseguró lo anterior durante la mesa de análisis denominada “¿Qué queda, 70 años después, de El segundo sexo de Simone de Beauvoir? Los derechos de las mujeres y la igualdad de género hoy en día”.

Durante su intervención en este encuentro, la legisladora rechazó que la mujer sea el segundo sexo o ciudadanas de segunda, por lo que consideró que se deben garantizar sin regateos el reconocimiento y el ejercicio libre de los derechos femeninos.

Por otra parte, la presidenta de la Comisión de Igualdad de Género resaltó la importancia de impulsar una decodificación de lo que significa ser mujer en sus distintas etapas, desde una conciencia política, y como legisladoras garantizar sus derechos más allá de una condición biológica o genética.

Durante el foro, en cuya organización participó la Embajada de Francia en México, el Instituto Francés de América Latina y El Colegio de México, la diputada Briceño Zuloaga propuso “destruir y romper mediante la libertad, los modelos y formas de vida que nos sitúan en un anacronismo biológico como hombres y mujeres”.

En ese sentido, destacó la urgencia de seguir legislando para que, a partir de una perspectiva feminista se pueda “transformar al mundo en uno más justo, igualitario, pacífico y libre para decidir sobre su cuerpo”.

Por su parte, la diputada Sandra Paola González Castañeda, también de Morena, resaltó que la obra El segundo sexo es actual porque visibiliza la persistencia de roles culturales y sociales que alientan actividades y juegos exclusivos para niñas y niños.

Lamentó que todavía se replique la tendencia de que las mujeres estudien “mientras se casan” sin que se enfoquen en buscar y consolidar su independencia económica, y que sólo el cuatro por ciento de la propiedad privada esté a nombre de ellas.

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