Capital Coahuila
WWW.CAPITALCOAHUILA.COM.MX
Jueves 25 de Abril 2024
UnidadInvestigación
| | |

Lourdes Ruiz, la llamada "Reina del Albur" que le encuentra a todo el doble sentido de carácter sexual

Foto: Youtube

Foto: Youtube

04 de Abril 2018

Los albures y el chile, no a cualquiera le entran, y no por otra cosa, sino porque junto con el tequila y el mariachi forman parte esencial de la cultura e idiosincrasia del mexicano, aseguró Lourdes Ruiz, mejor conocida como La Reina del Albur, para quien este juego de palabras, surgido de la picaresca nacional, tiene detrás, muy agarrado, un doble sentido de carácter sexual que no cualquiera domina o practica.

Es por ello que, para quienes deseen dar sus primeros pasos en el finísimo arte del esgrima verbal, la famosa vendedora de ropa del mercado de Tepito ha publicado el libro Cada que te veo, palpito. Guía básica (y unisex) para alburear, “que no es sino un texto pensado para que esos cabeza dura del barrio no agarren de bajada a quienes no saben alburear”.

Lourdes Ruiz, quien se llama a sí misma “La Verdolaga Enmascarada”, recordó que el primer albur que escuchó fue a los ocho años, “cuando mi abuelita se acercó a mí, me acarició el rostro, me pellizcó los cachetes y me dijo que nunca imaginó ver hijas  tan grandes”.

Para la primera mujer ganadora del Torneo de Albur de la Ciudad de México, estos juegos lúdicos son la mejor forma de divertirse y pasarla bien, pues se escuchan de manera cotidiana en la escuela, el trabajo, el transporte público, la cantina, el mercado y hasta en la casa, “porque somos cábulas por naturaleza y nos encanta fregar a los demás”.

De acuerdo con la Reina del Albur, muchas veces lo hacemos hasta sin darnos cuenta; “por ejemplo, cuando platicamos con alguien y dice alguna palabra que tenga alguna connotación fálica, pues su motivo ha de tener, en nuestra mente ya estamos planeando qué contestar, desde el típico ‘me agarras desprevenido’ y ‘remuérdemelo a repetir’, hasta el ‘siéntate bien’. Cuando se nos ponen de a pechito casi nunca nos vamos a quedar callados”.

Comentó que el arte del albur puede ser aprendido hasta por extranjeros, la técnica está en saber escuchar muy bien. “Todos en el mundo oímos, pero pocos realmente escuchamos. Cuando uno escucha bien las conversaciones, ve a detalle ese juego de palabras. Lo mismo pasa cuando observamos a detalle los anuncios de la calle o las portadas de periódicos y revistas, todo se puede volver muy divertido”, explicó.

De acuerdo con Ruiz, en el albur existen reglas básicas para hablar tan jocoso lenguaje mexicano; lineamientos que deben ser acatados para no caer en insultos, groserías ni palabras obscenas. “Una de las cosas básicas para decir albures es que se deben dar entre amigos, porque si no hay un lazo de amistad como que se pierde el chiste y no vale la pena alburear, pues se puede convertir en una agresión. Tampoco tiene tanta gracia si hay alguien a quien quieras alburear y él no entiende lo que dices, en ese momento pierde su encanto, porque nadie te va a dar réplica. En ese caso mejor volteo hacia arriba a mirar el techo blanco de la casa”.

Abundó en que el albur surge de cualquier clase de palabras, incluso las más inocentes, así que el repertorio de posibilidades es inmenso. “Todo depende de la creatividad, habilidad verbal y riqueza de lenguaje de cada individuo. Y, desde luego, también de su picardía, espíritu joditivo y ganas de jugar con la bola de palabras que tiene nuestro lenguaje”.

La promotora de la cultura popular explicó que el albur se arraigó desde la época prehispánica, cuando los españoles no entendían del todo lo que los aztecas hablaban, pero sabían que algo ocultaba dentro de sus palabras.

Incluso, dijo que el albur ha sido retomado por diversos personajes importantes dentro de la historia nacional como en el caso de la llamada Décima Musa mexicana. “Tengo un libro donde vienen versos de Sor Juana Inés de la Cruz, y hay uno que dice: ‘No te des a las congojas, aunque las cosas anden mal; tú no aflojes el tamal, aunque te jalen las hojas”.

Finalmente, recordó que bien lo decía Carlos Monsiváis, “que solamente para empezar a conocer un poco de nuestra cultura mexicana habría que empezar a conocer los albures, porque son parte de nosotros”.

Encuentra más notas sobre