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¡UNIDAD, UNIDAD!

Foto: Especial

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06 de Marzo 2019

Por: Hugo Díaz

El pasado fin de semana estuve en Piedras Negras, Coahuila para atender una invitación de la Asociación de Reporteros y Corresponsales del Norte de Coahuila al taller de “Periodismo de investigación con documentos desclasificados y archivos históricos” desarrollado por el periodista Juan Cedillo corresponsal del semanario Proceso. Tuve oportunidad de conocer otra de las facetas de la labor periodística.

Siempre he sido partidario que todo oficio y/o profesión debe alimentarse con una capacitación y actualización permanente que nos permita ser más eficaces a la hora de realizar nuestro trabajo y poder entregar un producto terminado que satisfaga las exigencias de nuestros seguidores.

Al darme cuenta que frente a mi estaba un tipo con carrera trunca como licenciado en historia, pensé que el taller se desarrollaría en buena medida en las diferentes etapas de nuestro país desde el período prehispánico, la conquista, la colonia etc, hasta llegar al México contemporáneo, sin embargo el taller tuvo un toque muy especial cuando se trató el tema de los archivos desclasificados y al grito de uno de los participantes de “ahí viene lo bueno”, efectivamente el taller resultó mucho mejor de lo que esperaba.

Pudiera seguir escribiendo sobre el taller y decir mucho de la carrera de Cedillo Guerrero como corresponsal cuyo bagaje periodístico es muy basto, pero me quedo y comparto mejor sobre quienes organizaron el taller. En Coahuila particularmente en la carbonífera se han hecho esfuerzos para organizar a quienes nos dedicamos a la labor periodística, pero así como se han hecho se han esfumado y han quedado en nada.

Mientras quienes comunicamos no pensemos en la organización como una oportunidad más allá de la pachanga y la rebatinga sobre lo que se pueda conseguir como gremio; y antepongamos la capacitación, la autoprotección, y el desarrollo como profesionales de la comunicación para dejar el lugar en el que la sociedad nos ha colocado (chayoteros, gorrones, corruptos, oportunistasy analfabetas) jamás tendremos una organización que rinda frutos a largo plazo.

Es necesario tomar el ejemplo de nuestros compañeros del norte, del sureste, de la laguna y cambiar la visión de comunicadores en la carbonífera. Las críticas destructiva para quienes han hecho la punta en estas organizaciones siempre las habrá, afortunadamente las han superado.

¿En la región carbonífera, quiénes se darán a la titánica tarea como en el norte lo hacen Josué, René, Orquídea y compañía para dignificar el oficio?