Tribunal de Tailandia ratifica pena capital a español

Bangkok, 20 Nov (Notimex).- La Corte Suprema de Tailandia confirmó este miércoles la sentencia de muerte para el español Artur Segarra, condenado por asesinar y descuartizar a su compatriota David Bernat en 2016 en Bangkok.

El tribunal rechazó este día la ultima apelación de la que disponía Segarra al considerar válidas las pruebas sobre el crimen presentadas por la policía y señalar que estas demuestran la culpabilidad del acusado.

“A falta de testigos oculares, las pruebas presentadas son consistentes para demostrar la culpabilidad del acusado. Él cometió el asesinato de manera premeditada con la intención de robar a la víctima”, argumentó el juez durante una breve lectura de la sentencia.

El tribunal basó su decisión en pruebas circunstanciales y grabaciones de cámaras de vigilancia, testimonios de testigos, incluida una criada y una novia de Segarra, y muestras de ADN del acusado y la víctima recolectadas de un congelador y un molinillo eléctrico, destacó Bangkok Post.

Segarra, de 40 años, puede aún solicitar el perdón real al rey de Tailandia para conmutar la pena capital por la cadena perpetua y, una vez cumplidos al menos ocho años de condena, pedir la extradición a una cárcel de España.

Según la investigación policial, Segarra llevó a su amigo de negocios Bernat, de 41 años, a una habitación en PG Condominium Rama IX en el distrito de Huay Kwang en Bangkok, el 19 de enero de 2016.

Allí, Segarra lo asesinó, congeló el cuerpo, lo desmembró con el molinillo y luego arrojó bolsas que contenían partes del cuerpo en el río Chao Phraya, que atraviesa Bangkok.

La policía encontró rastros de sangre que pertenecían a Bernat en el piso de Segarra, además de grabaciones de cámaras de seguridad donde aparecen los dos entrando en el bloque de apartamentos, que nunca abandonó con vida la víctima.

Segarra huyó del país con destino a Camboya, y fue arrestado en Sihanoukville el 7 de febrero de 2016, y entregado a las autoridades tailandesas un día después.

En abril de 2017, un tribunal de primera instancia aceptó las pruebas presentadas por la policía tailandesa y condenó al español a la pena de muerte.

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