Sergio Moro y la particular manera de funcionar de la justicia brasileña

Se dice que la justicia es ciega y que cuando los oficiales encargados de velar por ella, es decir los jueces, actúan, lo hacen dejando de lado cualquier consideración que no se relacione con el estricto cumplimiento de la ley.

En el caso brasileño no podríamos afirmar de manera inequívoca que se haya dado una politización
de la justicia. Sin embargo, lo que sí podemos afirmar es que gracias al actuar del juez Sergio Moro, parece que en Brasil se ha dado un uso político de la justicia.

Hace algunos meses en los sondeos de opinión el expresidente Luis Ignacio Lula Da Silva aparecía como el candidato con mayor intención de voto de cara a las elecciones presidenciales brasileñas que se celebraron en octubre del 2018 siendo Jair Bolsonaro, quien ocupaba un muy lejano segundo lugar.

Ocurrió que a Lula no se le permitió contender en la elección por haber sido condenado a nueve años de prisión por actos de corrupción por el juez federal Sergio Moro.

Ya sin Lula en la contienda, Jair Bolsonaro tomó la delantera en las preferencias y terminó por alzarse con la victoria en la segunda vuelta celebrada el pasado 28 de octubre. Hoy nos enteramos que el triunfador Jair Bolsonaro nombrará como Ministro de Justicia justamente al juez Sergio Moro quien tan convenientemente le eliminó a Jair Bolsonaro el obstáculo que le representaba Lula Da Silva en su pretensión por alcanzar la presidencia de Brasil.

¿Todo esto demuestra un manejo sucio de la justicia y de la política por parte de Moro y de Bolsonaro? No, no lo demuestra. Pero sí levanta muchas sospechas. El juez Moro debería de haberse mantenido por encima de la política como alguna vez dijo que lo haría negándose a asumir el cargo de Ministro de Justicia en el gobierno de Jair Bolsonaro y evitando lastimar el prestigio de la rama judicial del Estado brasileño que al menos vista así super cialmente, parece que sí es utilizada con criterios políticos.