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Exvicepresidente catalán dice que referendo no es delito

AP Photo,ARCHIVO - En esta foto de archivo del 16 de febrero de 2019, manifestantes independentistas muestran fotos de líderes presos o en el exilio, en Barcelona, España. Una docena de dirigentes y activistas juzgados por su intento fallido en 2017 de crear una república catalana independiente en el noreste de España presentan sus alegatos finales en la corte que los juzga por rebelión. (AP Foto/Emilio Morenatti, File)

AP Photo,ARCHIVO - En esta foto de archivo del 16 de febrero de 2019, manifestantes independentistas muestran fotos de líderes presos o en el exilio, en Barcelona, España. Una docena de dirigentes y activistas juzgados por su intento fallido en 2017 de crear una república catalana independiente en el noreste de España presentan sus alegatos finales en la corte que los juzga por rebelión. (AP Foto/Emilio Morenatti, File)

15 de Junio 2019

MADRID (AP) — El juicio a los separatistas catalanes en el Tribunal Supremo español concluyó el miércoles con los alegatos finales de los acusados, quienes dijeron que sólo ejercían sus derechos democráticos al realizar un referendo prohibido sobre la secesión de España y rechazaron los cargos de rebelión y sedición.

La decena de acusados, que enfrentan penas de prisión, dijeron al tribunal en Madrid que los añejos intentos de secesión de parte de Cataluña son parte de un conflicto político con las autoridades nacionales y que su ámbito no es un tribunal.

“Votar no puede ser delito”, dijo el exvicepresidente catalán Oriol Junqueras y añadió que el intento de secesión no fue violento.

“Lo mejor para todos sería devolver la cuestión al terreno de la política, de la buena política, de donde nunca debía de haber salido”, dijo Junqueras en su alegato final al cabo de cuatro meses de audiencias.

El veredicto puede demorar meses.

El intento independentista catalán de 2017 provocó la crisis constitucional más grave de España en varias décadas. El gobierno central disolvió el Parlamento regional, destituyó el gobierno y asumió sus deberes.

Los acusados se han vuelto un símbolo poderoso del movimiento independentista catalán y el veredicto podría sentar un precedente y marcar el rumbo de la política española durante los próximos años.

Los fiscales pidieron 25 años de cárcel para Junqueras por rebelión, lo cual significa que bajo la ley española deben demostrar que se utilizó la violencia para trastornar el orden constitucional.

La acusación dice que intentaron dar un golpe de Estado. La mayoría de los abogados defensores argumenta que los acusados, en el peor de los casos, son culpables de desacato, que se pena con multas y posiblemente la prohibición de ejercer la función pública.

La Corte Constitucional prohibió la votación de octubre de 2017, organizada por Junqueras y los demás acusados. Dijo que la constitución española no admite la secesión de una región.

Otros separatistas destacados en el juicio son la expresidenta del Parlamento catalán Carme Forcadell, el activista y político Jordi Sánchez y el activista Jordi Cuixart.

Cuixart dijo que los acusados son presos políticos.

“Lo que estamos viendo es un juicio a la democracia”, aseguró.

Exhortó a los catalanes a continuar las protestas pacíficas. “No vamos a dejar de protestar, es el motor que hace avanzar las sociedades”, afirmó.

La prisión preventiva de los acusados duró más de 18 meses y enfureció a muchos. El Tribunal dijo que existía el riesgo de que trataran de fugarse, ya que el expresidente regional Carles Puigdemont y otros huyeron de España y lograron evitar la extradición.

En Barcelona, cientos de personas se sentaron bajo el sol para seguir la audiencia en una pantalla gigante. Los independentistas convocaron a marchas y una concentración en una plaza céntrica a la que asistieron dirigentes políticos.

“Ustedes no tienen la solución al problema que les ha venido”, dijo Sánchez en un discurso por momentos emotivo, sentado frente a los jueces.

“El Poder Judicial no puede resolver un problema político, pero tienen una responsabilidad que es no agravar la crisis política”, dijo. “No me gustaría estar en sus pieles”.