Se refugian en México para no ser deportados

Saltillo, Coahuila / 29 Mayo 2018

Por: Mariana Méjia

Ciudad Juárez y Monterrey se han convertido en los destinos de cientos de migrantes que ante el endurecimiento de la política migratoria norteamericana, prefieren quedarse en México en busca de mejores oportunidades.

Tal es el caso de Edwin Giovani, de 23 años de edad,  que se encuentra de paso en la ciudad de Torreón proveniente del departamento de  Olancho, Honduras.

“Aquí vamos buscando un mejor empleo, vamos para Monterrey. Dejé en casa a mi familia pues quiero darles una mejor vida. Allá en mi país no hay oportunidades, el gobierno no te apoya y pues hay que darle para adelante” expresó.

Edwin llegó a la Comarca Lagunera acompañado de otros cinco hombres y una joven mujer, para continuar su travesía hacia Nuevo León, luego de pasar por comida y ropa a la Casa del Migrante “Jesús Torres” de esta ciudad, que recién cumplió siete años de asistir a quienes provienen del sur del país así como de Centro y Sudamérica.  

Ubicado en la colonia Las Julietas, este centro recibe al año un promedio a mil 700 migrantes, en su mayoría golpeados, sin dinero y desorientados que buscan ayuda.

El administrador de la Casa del Migrante, Oswaldo Valenzuela, expuso que el mes de marzo ha sido el más alto en afluencia de migrantes, al recibir a 105 hombres, 5 mujeres y 4 niños.

“En su mayoría vienen de Honduras, El Salvador y Guatemala y en condiciones  infrahumanas pues llegan con hambre, golpeados, desinformados y sin haberse comunicado con sus familias”, apuntó.

Con tres voluntarios por día, la Casa del Migrante acoge a quienes buscan un mejor futuro. Ahí se les brindan alimentos, ropa, baño y en su caso medicamentos en caso de ser necesario.

Valenzuela expuso que  además de la ayuda de los grupos eclesiales de la parroquia de San Judas Tadeo, requieren del apoyo de ciudadanos, gobierno e iniciativa privada para continuar dándoles la atención que se merecen y requieren.

“Pienso que poco a poco, la gente ha empezado a conocernos, ya son más constantes las llamadas de quienes quieren donar algo pero todavía falta la sensibilidad hacia esta problemática”, consideró.

Pagan hasta 100 mil pesos a ‘polleros’

Por: David González

Cruzar a Estados Unidos en busca del “sueño americano”  puede costar hasta cien mil pesos mexicanos por lo que aquellas personas desesperadas venden, empeñan y piden prestado para lograr esta travesía en donde muchos incluso han perdido la vida.

Así lo reveló Alberto Xicoténcatl Carrasco, director de la Casa del Migrante en Saltillo, quien dijo que los “polleros” que se dedican al tráfico ilegal de personas, pertenecen a una red de la delincuencia organizada.

El director del centro subrayó que en lo que le compete a los estados fronterizos de Coahuila no se tiene conocimiento de bandas de traficantes de personas migrantes, pero que en Tamaulipas si los tienen bien ubicados.

Como se recordará, en los primeros meses se ha podido rescatar a casi un centenar de indocumentados que viajaban en camiones por territorio coahuilense, principalmente en Piedras Negras y Acuña; donde sólo tres o cuatro personas fueron detenidas.

Xicoténcatl aclaró que hay dos modalidades en donde se usan a los “polleros”; uno que los lleva desde su país de origen a Estados Unidos y los pasa a una ciudad de ese país, cobrándoles por viaje hasta cien mil pesos mexicanos.

“En este caso tiene que vender propiedades, terrenos, casas piden prestado y se endeudan para conseguir este dinero y que al llegar a su destino trabajan meses para pagar con lo que sus familiares les apoyaron para pagar al “pollero”, explicó.

Sin embargo dijo que también están los migrantes que no tiene recursos y que prefieran cruzar a su suerte primero la frontera sur y luego todo México hasta llegar a la frontera con Estados Unidos. A ellos les piden de 15 a 30 mil pesos sólo por contactarles a un “pollero” que los pase del “otro lado”.

Xicoténcatl comentó que los traficantes son bandas de la delincuencia organizada que conforman una red de operación que comienza desde el sur y culmina en el norte donde no se conocen unos a otros sino que al detener a un “pollero”, solo se elimina una parte de esta cadena.

Recordó que en este caso el último eslabón siempre es el chofer que transporta a los grupos de personas que buscan entrar a territorio norteamericano.

Finalmente, consideró que lo más peligroso es la manera en que transportan a los migrantes pues viajan niños, mujeres y hombres hacinados en cajas de camiones sin ventilación. En esta temporada terminan gravemente lesionados por deshidratación e incluso muchos mueren.