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Mamás ejemplares

mama policia ruben moreira

mama policia ruben moreira

10 de Mayo 2016
Cada día muchas mujeres coahuilenses desafían críticas, burlas y prejuicios y asumen el difícil reto de alternar las tareas domésticas con alguna actividad económica que les permita contribuir al sustento familiar. He aquí las historias de algunas madres que en condiciones adversas y con el amor de sus hijos como único motor sacan con orgullo fuerza de voluntad y coraje para desempeñarse en ocupaciones que en el pasado eran consideradas sólo para hombres.

UNA MADRE RUDA

Por Armando Galván

Ana Patricia Lomelí Sánchez es una mujer menuda que atiende amable y diligentemente como mesera a los clientes de un conocido restaurante de Saltillo.

"Ya pienso en el retiro, pero seguiré trabajando en el desarrollo profesional de mis hijos y sobrinos". "Paty Rey", luchadora profesional

“Ya pienso en el retiro, pero seguiré trabajando en el desarrollo profesional de mis hijos y sobrinos”. “Paty Rey”, luchadora profesional

Nadie imaginaría que esta dama de 1.60 de estatura y 60 kilos de peso forma parte destacada de la dinastía Lomelí Sánchez, la familia más conocida de Coahuila ­y tal vez de todo el país­, en el difícil deporte de la lucha libre.

Con dos hijos que también se dedican profesionalmente a la lucha (“Magnífica” y “Krator Jr”, quien ha tenido destacadas participaciones en la Arena México) Ana Patricia tiene ya 25 años de dedicarse a esa peligrosa actividad en la que debutó el 3 de abril de 1991, a los 15 años, bajo la tutela y entrenamiento de su hermano mayor “Green Damon I”. Su padre, quien lucha todavía bajo el nombre de Krator I, fue el fundador de la dinastía y quien inculcó inicialmente la pasión por el deporte del Pancracio a Paty, cuyo nombre deportivo es “Paty Rey”, y otros cinco hijos, tres de los cuales luchan bajo el nombre de “Los Hermanos Diablo”. Otros tres no quisieron incursionar en ese deporte.

Con 22 años años en la modalidad de técnica y apenas tres como ruda, “Paty Rey” ha luchado de manera individual pero también acompañada, en combates de relevos.

La lucha libre le ha dejado múltiples satisfacciones, como el hecho de conocer muchos lugares de la República Mexicana y de Estados Unidos, principalmente el estado de Texas, donde ha luchado en varias ocasiones.

Actualmente ostenta con orgullo el campeonato del estado de Nuevo León.

Ha tenido el privilegio de conocer a personajes importantes del deporte como “El Hijo del Santo”, “El Perro Aguayo” (padre e hijo), “Rey Misterio”, y Bismark, quien es su ídolo, entre otros. Comenta que ha tenido incluso el honor de alternar con éxito, en funciones con algunos de ellos, en varios estados de la república.

Confiesa que no se le olvida el 27 de septiembre de 2015. En una férrea lucha llevada a cabo en la ciudad de Monterrey, Nuevo León, perdió la cabellera a manos de una gladiadora llamada “Lady Puma”.

Paty ya piensa en el retiro como luchadora activa, pero planea seguir trabajando en el desarrollo de sus hijos y de sus sobrinos, que son la nueva generación de la dinastía Lomelí Sánchez. También anhela ver a su hija “Magnífica” en las grandes carteleras y obteniendo campeonatos.

Finalmente envió un saludo cariñoso a todas las mamás en su día y les aconsejó cultivar en sus hijos el amor por el deporte “para mantenerlos lejos de las malas distracciones”.

BARRENDERA A MUCHO ORGULLO

Por Martha Briones

Ella es Miriam Favela Ramos y hace poco tiempo comenzó a trabajar en el Departamento de Barrido Manual del ayuntamiento de Saltillo. En la calle los identifican también como “zananhorias” por los trajes color naranja que portan cuando realizan su trabajo. Su jornada empieza a las 6:00 horas y recorre la calzada Emilio Carranza, desde Colón hasta Presidente Cárdenas y de regreso, recogiendo la basura.

"Es un poco difícil, pero tengo que trabajar porque mis hijos dependen de mí" Miriam Favela Ramos, barrendera

“Es un poco difícil, pero tengo que trabajar porque mis hijos dependen de mí” Miriam Favela Ramos, barrendera

Es madre soltera, tuvo esposo alguna vez y aunque las circunstancias la obligaron a separarlo de su vida, dice ser muy feliz con su familia.

Tiene tres hijos “seguiditos”: uno de 16 años, otro de 15 y el más pequeño quien sufre parálisis cerebral­, acaba de cumplir 14.

“Mi hijo estaba bien. Tenía cinco años y asistía al kinder, pero en una negligencia médica en el Seguro (IMSS) lo dejó así y desde que pasó eso recibe cuidados especiales. Mi hijo de 15 años se encarga de atenderlo en la casa y no asiste a la escuela porque yo tengo que trabajar”, comenta Miriam.

Fue precisamente un 10 de mayo cuando su pequeño abrió los ojos y volvió a la vida después de varios meses en coma. Miriam dice que nunca le ha pedido al municipio para que la apoye con su hijo discapacitado.

“Es un poco difícil, pero tengo que trabajar porque mis hijos dependen de mí, somos un equipo y nos tenemos que ayudar”, expresa. Asegura que es feliz a pesar de que a veces no completa ni para comprar pañales para su hijo enfermo. “Me ayudan mi mamá, que también es barrendera, y toda mi familia”, añade.

Este 10 de mayo hará una buena fiesta con sus tres hijos y su mamá. “Ellos son todo para mí y estoy muy agradecida con Dios porque a pesar de las circunstancias, mi hijo está vivo”.

EFICIENTE ALBAÑILA

Por Martha Briones

Norma es una mamá luchona. Todos los días se levanta a las 4:30 horas pues trabaja también los sábados y los domingos. Hace tortillas de harina y guisa unos ricos “frijolitos con huevo” y un aromático café para tenerle el desayuno a su pareja cuando se levante.

Norma aprendió de su padre el oficio de la albañilería

Norma aprendió de su padre el oficio de la albañilería

Hace también el lonche para sus dos hijos que van a la escuela y se alista para dirigirse a la obra.

Curiosamente su esposo no se dedica al mismo oficio que ella, él es soldador en una fábrica.

Ella estudió desde muy joven la profesión de enfermera, pero nunca ejerció esa profesión, por lo que desde hace 25 años se dedica al modesto oficio de albañil.

Aunque no es muy común ver a mujeres en esas tareas, consideradas tradicionalmente exclusivas de hombres, Norma se define como una mujer ruda.

Empezó desde muy joven a acompañar a su papá a su trabajo en la “obra” y él enseñó a una pala y a batir la mezcla. Confiesa sentirse complacida no sólo por la paga sino por el reconocimiento que recibe de sus patrones cuando una obra ya está terminada.

Sabe colocar piso, levantar muros, aplicar yeso e incluso construir losas y realizar acabados.

“No tenemos descanso, los niños a la escuela, mi pareja a la fábrica y yo a la ‘obra’, y cuando a mí se me ‘tupe’ en la casa, todos me echan la mano para terminar más rápido”, expresa Norma, y agrega que aunque para muchos el 10 de mayo es un día especial, para ella es casi como cualquier otro día, pues tiene que trabajar para ayudar al sustento de su hogar.

ABUELA Y VALIENTE… ¡GUARDIA DE SEGURIDAD!

Por David González

Juana María Plata tiene de 62 años y cinco hijos que le han dado ya 15 nietos. Por su edad ­tiene más de 45 años como mamá­, pocas personas podrían adivinar su ocupación: es guardia de seguridad privada en empresas de diversos giros de la ciudad.

Juana Martínez Plata es guardia de seguridad privada

Juana Martínez Plata es guardia de seguridad privada

Después de ajustar su fornitura y ponerse el uniforme que la distingue como oficial privado, actividad en la que labora desde hace varios años, sale cada día al lugar que le es asignado.

Juanita, como le llama la gente cariñosamente, cumple normalmente turnos de 24 horas de trabajo por 24 de descanso, y dice que no le desagrada, pues sus hijos ya son adultos y la apoyan. Comenta que ellos la admiran porque a pesar de su edad es ejemplo de valentía, fuerza y responsabilidad en su trabajo.

Confiesa que siente algo extraño cuando la envían a trabajar en edificios antiguos del Centro Histórico de la ciudad, como uno de la calle Juárez, donde cuentan que se aparece una figura de mujer, “y eso le pone los pelos de punta”.

Pero eso no la desanima y dice que ésas son las cosas que le dan sabor a su trabajo.

MUJERES QUE CUIDAN A LA GENTE

Por Teresa Quiroz

Con dos hijos a su cargo y una historia de violencia conyugal que busca dejar en el pasado, “Reyna” decidió romper las barreras sociales para convertirse en elemento de la corporación policiaca Fuerza Coahuila, para poder darle un buen futuro a sus hijos.

"Yo siempre quise ser policía; desde niña soñaba con andar en las patrullas, por eso decidí entrar al GATE". "Reyna", policía de Fuerza Coahuila

“Yo siempre quise ser policía; desde niña soñaba con andar en las patrullas, por eso decidí entrar al GATE”. “Reyna”, policía de Fuerza Coahuila

Nació en Saltillo y se casó a los 16 años, pero su matrimonio se convirtió pronto en un calvario y durante tres años fue víctima de agresiones constantes por parte de su pareja, por lo que, cansada de eso, un día decidió poner fin a su matrimonio.

Dice sentirse contenta de haberse incorporado al sistema de seguridad pública, pues eso le ha permitido valerse por ella misma. Este año recibió el reconocimiento “Una Mujer de Valor” del Gobierno del Estado.

“Yo siempre quise ser policía; desde niña soñaba con andar en las patrullas, por eso decidí entrar al GATE (hoy Fuerza Coahuila). Para mí es muy importante la seguridad de la ciudadanía, y quiero que mis hijos y las demás personas vivan tranquilos”, expresa.

Agrega que su deseo es educar a su hijo como un caballero y enseñar a su hija a hacerse valer y respetar. Reconoce el sacrificio de sus compañeras de la corporación por el tiempo que dejan de estar con su familia debido a su trabajo.

“Me siento muy orgullosa cuando llego a mi casa y mis hijos me reciben con fotos de mí con mi uniforme de policía, porque sé que algo estoy haciendo bien y agradezco la oportunidad de ser mujer y de ser elemento de Fuerza Coahuila”, dijo.

EJEMPLO EN EL HOGAR Y EN LOS CARRILES

Por Raúl Rocha

Maribel Orozco Chávez, corredora pedestre de 5 y 10 kilómetros, ha encontrado el equilibrio perfecto entre la práctica de su deporte favorito y su responsabilidad como madre de familia.

Maribel desea que sus hijas también sean atletas.

Maribel desea que sus hijas también sean atletas.

“Desde 2006 practico el atletismo y en 2012 me convertí en mamá, por lo que tengo que compaginar los tiempos para poder realizar las dos actividades”, explica.

La corredora de 30 años comenta que se encuentra en su séptimo mes de embarazo de su segunda niña, y que cuenta con el apoyo de su esposo, Édgar Quintero, quien también es corredor.

La atleta y madre saltillense espera que todo marche conforme está estipulado para poder volver a las pistas a la actividad que le ha dado grandes satisfacciones.

“Si todo evoluciona bien, pronto voy a regresar al pasatiempo que me gusta mucho, que es correr”, expresa Maribel, y dice que espera poder inculcar también a sus hijas el amor por el deporte.

 

 

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