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“Consume” marihuana al alcohol en adicciones

las adicciones siguen acrecentándose en Coahuila.Foto:Mario González

las adicciones siguen acrecentándose en Coahuila.Foto:Mario González

22 de Marzo 2018

Saltillo, Coahuila /22 de Marzo 2018

Por: Sonia Pérez

En Coahuila, la marihuana pasó al segundo lugar en las adicciones luego de desplazar al alcohol, que durante años, ocupó ese sitio y hoy, desde 2017, solo es superada por el tabaco.

Sin respetar estratos sociales, culturales, académicos, edades o cualquier otro  estereotipo, las adicciones siguen acrecentándose en Coahuila donde la hierba verde es una de las drogas de mayor consumo y hoy por hoy, cobra factura en niños, jóvenes y adultos que buscan rehabilitarse.

De acuerdo con las cifras del Centro de Integración Juvenil (CIJ), el consumo se disparó tras la discusión pública que en años recientes, cuando se manejó sobre la posibilidad de legalizarse además del pretexto y la creencia social de que tiene un uso medicinal.

Norma Leticia Pérez Reyes, directora regional del CIJ señaló que a partir de las cifras que se registraron al término del año pasado, el cambio en el orden de consumo de las adicciones que se registra agrava los riesgos para los jóvenes de Coahuila pues no se trata solo de alterar el orden de las adicciones, pues se trata de una droga ilegal.

En el corte anual de 2017, del Centro de Integración Juvenil, se detectó que seguido de la adicción número uno que es el tabaco, se encuentra ahora la marihuana, dejando en tercer lugar al alcohol.

“En años anteriores, en los primeros lugares de inicio en las sustancias eran: alcohol-tabaco o tabaco-alcohol, ese era el orden regular en el que aparecían las sustancias de más uso; pero ese año (2017); desafortunadamente tenemos el tabaco-marihuana-alcohol”, dijo.

“Quiere decir que la marihuana está desplazando a las sustancias de inicio legales como es el alcohol y el tabaco; entonces, (el consumo de) la marihuana va en incremento”, dijo.

Un factor de riesgo que se observa es el que las drogas se ofrecen por amigos y  compañeros de escuela y quiere decir que la facilidad para obtenerlo está entre ellos, sumado a los múltiples mitos en torno a su uso, que es lo que alienta su consumo.

Los registros señalan que después del alcohol, que pasó a un tercer lugar, siguen en el orden de adicciones los inhalantes en el cuarto sitio, seguida por otros tipos de droga como la cocaína, que ha registrado una baja debido al registro de más casos de cristal que es un derivado de las anfetaminas.

Anteriormente el orden de adicciones era el de tabaco-alcohol-marihuana-inhalables-cocaína.

Repunte tras “legalización”

Para Norma Leticia Pérez Reyes el cambio se da por la información que circula sobre el uso medicinal de la marihuana y de la difusión de información sobre la posibilidad de legalizarse.

“A partir de la situación que se ha venido dando de que si es medicinal o que si está en proceso su legalización y a partir de esa circunstancia es donde nosotros hemos venido viendo que avanza el problema”.

La especialistas señaló que la situación es preocupante para el CIJ como institución de salud pues a partir de esa difusión de información, es donde han visto que avanza el problema y la preocupación deriva de que, el sector poblacional que registra mayores incrementos en su consumo es en el de menores de edad.

“Sabemos que existe un permiso para utilizarla medicinalmente y nos queda muy claro que solo es en algunos casos muy justificados en los que se debe utilizar como alternativa médica, pero definitivamente no tiene nada qué ver con ser fumada”, advierte.

La argumentación constante de los jóvenes o personas que consumen esta droga es con frecuencia es que la marihuana es medicinal pero es rebatida por los especialistas, psicólogos y autoridades del CIJ con el cuestionamiento  ¿tú de qué estás enfermo?

Debe quedar claro que cuando se usa en medicina es únicamente un extracto y su aplicación no es de manera fumada como sucede con quienes la consumen por estos lo hacen de manera recreativa.

Científicamente y de acuerdo con investigaciones aún en proceso, la marihuana provoca en los jóvenes problemas de atención, retención y en algunos casos, desencadena  brotes psicóticos de esquizofrenia.

Con esta situación, Coahuila entró ya a los cambios que se registran a nivel mundial y a nivel nacional en cuanto a los órdenes de consumo donde la marihuana es la primera sustancia ilegal que representa un problema de salud pública para la sociedad.

“A nosotros nos preocupa un problema de salud que está llegando cada vez más a menores de edad, nos preocupan las familias que llegan a solicitar información angustiadas, porque llega un momento en el que sienten que el problema se les está escapando de las manos”, dijo.

Por semana, se atienden de 20 a 30 personas que acuden por primera vez en busca de atención especializada y que se suman a los 120 que se atienden junto con sus familias en un mes.

“Es preocupante que lleguen cada semana de 20 a 30 casos nuevos y la edad promedio es entre 12 a 18 años en más de un 50 por ciento, y esporádicamente recibimos de una edad de 9 años”.

El Centro de Integración Juvenil en Coahuila es una institución que se dedica principalmente a la prevención de las adicciones y a ofrecer atención especializada a quienes piden apoyo para salir de ellas, lo que permite dar un seguimiento del comportamiento de las mismas.

A nivel nacional, la institución cumplirá 50 años de servicio, mientras que en Coahuila, alcanzará los 30 años en las ciudades de Saltillo y Torreón, seis en Piedras Negras y uno en Ramos Arizpe.

“Uno de los objetivos es el evitar en la medida de lo posible que las adicciones lleguen a muy temprana edad a través de la difusión de información, conferencias y campañas de difusión para evitar que los menores de edad caigan en las drogas” señaló.

El mayor riesgo es que inicien entre los 10 y 19 años, pues en 60 por ciento de las atenciones que se dan, se encuentran en éste rango de edad, según lo revelan las cifras del último año.

Sin embargo, la directiva afirma que no basta el trabajo de prevención enfocado a esta población pues resulta de vital importancia que sean los padres de familia los que la inicien en casa con esta prevención de adicciones, sobre el riesgo y los daños irreversibles, y la afectación al desarrollo que provoca el consumir la sustancia puesto que afuera no se les hablará de eso, sino que se las harán llegar.

Los factores de riesgo se basan principalmente en que el consumo inicia por la invitación de un amigo o un conocido, además de la baja percepción de riesgo de los jóvenes porque los niños y los muchachos se creen de lo que les dicen sus amigos o lo que señalan las redes sociales donde no hay ninguna base científica.

La directora del Centro Regional del CIJ enfatiza la atención a niños y jóvenes, pues si esta es la población que más se atiende, la marihuana también se encuentra en el segundo lugar de las adicciones para este rango de edad, por lo que hizo un llamado a los padres  para atender y dialogar con sus hijos sobre los riesgos de este problema.

Rehabilitación, mínimo un año

Francisco Javier Ruiz, Psicólogo Especializado del Centro de Integración Juvenil sostiene que atender un problema de dependencia en la población mayoritaria que llega a este centro es de por lo menos un año.

“Si hay una dependencia por el uso constante de una sustancia es cerca de un año de tratamiento porque es el tiempo que el cerebro tarda tiempo en recuperarse y clínicamente son cerca de seis meses, no menos tiempo que ese”, dijo.

Una de las limitantes a las que se enfrentan los especialistas que brindan atención a los pacientes que buscan una recuperación es que las familias piensan que con dos o tres sesiones será suficiente y dejan el tratamiento.

“Es necesario seguirlo hasta alrededor de seis meses cuando ya se ve que hubo una recuperación orgánico-cerebral y ya no hay síntomas de abstinencia y por lo tanto la persona ya tiene una recuperación; los otros seis meses es cambios de vida, del estilo de vida de la familia y en un grupo de redes se refuerzan que no recaiga y se fortalece la relación familiar”, señala.

Al llegar al CIJ, se realiza una cita de información en general con las familias para hablar del tratamiento, luego se hace una valoración del caso y se determina cuánto tiempo es el adecuado para lograr la  recuperación y que, implica citas con psicología, medicina y trabajo social; luego se obtiene el plan de tratamiento, se determina el terapeuta y se hace un trabajo completo con la familia.

En muchos casos se ha alcanzado el éxito y a raíz del tratamiento,  la familia consigue objetivos de abstinencia y un proceso de recuperación junto con cambios en la relación familiar y ajustes en su funcionamiento.

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